Páginas difíciles de pasar.

Y quizás fue eso, que no supe valorar lo que tenía.
No supe valorar los detalles, los momentos. No supe valorar cada beso, cada conversación, cada simple cosa que hice contigo porque pensaba que no era especial. O quizás sí, pero las echo tanto de menos que me castigo a mi misma.
No valoré que me dieras el simple privilegio de poder girarme y besarte, besarte todo lo que quisiera, valorar el poder reirme contigo cuando quisiera, valorar nuestras conversaciones, nuestra fotos. Valorar que me dejaras entrar tanto en tu vida, que me dedicaras tanto tiempo, que malgastaras tardes enteras pensando en mí. No supe valorar cada llamada, cada regalo, cada detalle. O quizás sí, pero lo sigo necesitando tanto que duele.
Quizás lo que pasa es que sí si supe valorarlo, porque me doy gracias de haber aprovechado al máximo cada minuto que pasé contigo, pero lo sigo necesitando. Sigo necesitando muchísimo tus besos, olerte, un abrazo de los tuyos. Sigo necesitando tu sudadera, tu ''niña, puedo llamarte?'', sigo necesitando tu ayuda, tu colonia. No me quito de la cabeza todas las cosas que imaginábamos hacer, y todas las que ya hicimos. Porque paso por sitios y los relaciono contigo, te veo la cara todos los días y se me cae el mundo al suelo.
 Porque nos sonreímos y me duele lo muchísimo que te echo de menos.