jueves, 2 de agosto de 2012

Ocho - te quiero


Ese día no había plan preparado, ni si quiera sabíamos que hacer. Así que fuimos a un parque y allí nos tumbamos. Pasaba el tiempo y no hablábamos, incluso pude reflexionar en mi mente.Jamás me podría separar de él. No sabía nada de mí, tampoco yo de él, pero parecía darle igual. Así que se lo solté todo:
+ Te cansarás de mi de tanto tenerme.
- Quizás sea al contrario, ¿sabes?- contestó él sin inmutarse.
+ Pero, ¡si ni si quiera sabes cómo soy!, esto es absurdo...
- Me da completamente igual cómo seas, mientras seas mía.
Me abrazó. En ese momento dejé de reflexionar.
+ Te quiero - le dije.

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